lunes, 26 de mayo de 2014

APRENDE A LEER CON MÀS VELOCIDAD, SIN OLVIDAR EL USO DE LOS SIGNOS DE PUNTUACIÒN...


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RECOMENDACIONES PARA PADRES Y MAESTROS

Las palabras son poderosos decretos que hacen mella en los seres humanos. Un lenguaje siempre positivo, constructivo, que reconozca el mérito y elogie el intento, permite que los niños crezcan con una sana y buena autoestima.

Por ello, cada que se refiera a un niño, hágalo con términos que le permitan asociarse con una persona de éxito. Si ese lenguaje es repetitivo y está cargado de emociones positivas, los resultados a mediano plazo serán, la construcción de un nuevo orden social en el que impere el gobierno de la virtud.

Dejarles a sus hijos una forma de pensar positiva respecto a ellos mismos, a los demás, a su país y a sus circunstancias, es entregarles el pasaporte para que vivan una vida próspera y abundante.

Han descubierto que las palabras que pronunciamos influyen en el entorno sin discriminar si las dijimos para alguien en particular. El primer impacto que tienen es en nosotros mismos. Así que por más justificación que su razón le dé para pronunciar palabras negativas en contra de alguien o de algo, recuerde que lo afectarán a usted.

La costumbre de criticar a los demás, es mantener en la mente lo negativo, los errores, lo que no es deseable. Con esos pensamientos se generan actitudes perdedoras. Tenga cuidado con sus pensamientos porque tarde o temprano se materializan en su vida.

Evite caer en la trampa del "NO"

Cuando decimos: no sea sucio, no sea desordenado, no sea grosero, no sea maleducado, etc., el cerebro pasa por alto el no y se queda con el resto de la frase. Regrese al texto y lea las frases quitando el no y descubra lo que queda. Prefiera en su lugar decretar lo deseable: tú que eres tan limpio, lávate las manos, tú que eres tan ordenado, arregla tu cuarto, tú que eres tan juicioso, haz tu tarea, etc.

Encuentre formas variadas de reconocer el mérito en los niños. Dígalo con palabras, gestos, señales, emociones, dibujos, notas, reconocimiento público, etc. Evite hacerlo con recompensas materiales como juguetes o comida. La clave para que el reconocimiento tenga buen efecto, es darlo después de que el niño haya hecho el mérito y no como condición previa.